20 de octubre de 2011

Respuesta a Loli


>> Hola, soy Loli y veo todos los días a una persona sin hogar desde hace un par de semanas. En un pueblo cercano a Orihuela un hombre de unos 40 años, divorciado, con dos niños pequeños vivía con su madre. poco a poco ha ido consumiendo más alcohol, pero no de forma desproporcionada pero sí cada vez más y más a menudo. Por suerte es una persona que cuando se emborracha no es agresivo ni nada, él se calla y se va a su casa a dormir.
Hasta hace poco trabajaba de barrendero pero su problema ya estaba afectando a su trabajo hasta que lo despidieron, y ello provocó que bebiera más. La consecuencia ha sido que se gastaba todo el dinero en alcohol y en sus niños, por lo que su madre lo ha echado de casa.
Ahora está durmiendo en la puerta de la iglesia, se tapa con una manta que le da y le lava una vecina, y se puede duchar y comer algo en la casa de una tía suya.
De repente se ha visto en la calle. Le han dicho que vaya a Orihuela a un centro pero él dice que no quiere irse del pueblo, y que él no tiene ningún problema. No es consciente de que tiene un problema con el alcohol, el cree que "no es para tanto". 
Diana, en éste caso ¿qué se podría hacer?

>> Querida Loli, antes de nada he de confesar que nunca podría haber imaginado que alguien colgaría en el blog un comentario como el tuyo, me ha sorprendido y gustado que alguien se interese de esta forma por alguien. 

Para empezar te diré que en el mundo de lo social ninguna respuesta es la “verdad absoluta”, todo depende del estilo  profesional. Yo defiendo al individuo como agente activo de la intervención (“no le des pescado, enséñale a pescar”). Él decide cuándo y cómo actuar según se vea preparado, y yo le doy pautas para que se vaya viendo preparado en el camino. En base a eso, mi respuesta es la siguiente:

He de suponer que eres de ese pueblo y que lo que me cuentas son apreciaciones por a los conocimientos que tienes sobre el hombre, no? Fiándome de tu información, he de decirte que el caso es delicado ya que el hombre parece no tener conciencia del consumo abusivo. Digamos, que un consumidor de cualquier sustancia pasa por unas fases, él está en la primera, todavía no contempla el problema ni se plantea dejar de consumir, por lo que una persona que trate con él, lo último que deberá mencionar será el término "problema" antes de que el hombre lo haya denominado así, sino se sentirá atacado y se pondrá a la defensiva, y es lo último que se pretende, no? Este hombre deduzco que tiene una conducta adictiva, pero no creo que haya llegado al grado de trastorno adictivo (aunque no puedo decirlo sin saber qué cantidades consume, desde cuándo y con qué frecuencia -deduzco que es diaria-) digamos que está todavía con un pie dentro y otro fuera y sería medianamente fácil que volviese a su normalidad porque todavía no es crónico.

Mi intervención con él estaría enfocada a saber cuál es el factor desencadenante que le hace acudir al alcohol como vía de escape ya que en el momento que se trabaje con ese factor, automáticamente todo lo demás se va modificando y probablemente, si la persona consigue lograr una estabilidad en su vida y adquirir técnicas para el manejo de situaciones conflictivas de su día a día, él sólo deje de consumir e incluso, si los signos de abstinencia son muy notables, sea capaz por él mismo de acudir al médico de cabecera a pedir medicamentos para sobrellevar la crisis. Digamos que es como un círculo hecho con fichas de dominó, en el momento que tiras una todas las demás se caen y cambian su posición. Te digo que es mucho aventurarme porque no he tratado con él, pero lo que yo haría sería eso, averiguar cuál es el foco. Ese consumo es provocado por algo, de nada sirve decirle “no bebas más” sin solucionar lo que hay detrás, porque volverá a consumir a la primera de cambio.

Respecto a su madre, yo la utilizaría como punto de apoyo. Sí, es duro y efectivamente la situación, agresivo o no, se vuelve insostenible. Orientaría a la madre para que no vea a su hijo como un “alcohólico” o un “monstruo que se jode la vida”, intentaría hacerle ver que su hijo ha tropezado, está en un momento malo y, quizá su apoyo le venga bien. La invitaría a participar. Quizá sea ella quien sentándose con él (en caso de que ella no tenga el conflicto con el hijo) consiga, con mucha paciencia, aceptación, comprensión y nada de pena, que su hijo le cuente lo que le ocurre. Que sea sincera y le diga “hijo, estoy preocupada por ti. Últimamente, creo que te guardas algo dentro que te hace daño y me gustaría que confiases en mi y que juntos salgamos adelante, nosotros podemos hacerlo cariño”. Decir un “nosotros” cuando se habla de un problema –en la pareja, familiar,…- es una técnica muy buena para hacerle ver en la persona que tú te subes al barco y estás con él, no le dejarás solo. Que busquen un buen profesional, de verdad ¡abajo mitos! a veces un buen psicólogo a tiempo cura muchos males y ya te digo que, yo trabajaría siempre con lo que hay detrás, el factor desencadenante. El alcohol es una consecuencia, digamos que es el síntoma, lo que se vé latente, si escarbas un poco más, encuentras el pastel. Por ello, si de buenas a primeras intentas destrozar la superficie, nunca llegarás abajo y solo conseguirás que la persona te ataque. Cómo no es consciente del problema, yo no lo empezaría a introducir la idea del mismo hasta que hubiese averiguado cuál es el factor desencadenante, hubiese empezado a trabajar con él y ya llevase la mitad del camino recorrido, si no, se puede sentir atacado y dar marcha atrás.

Sobre el centro de Orihuela, no hay muchos donde elegir así que supongo que hablaremos del mismo. No creo que sea lo que necesita. Él tiene cubiertas las necesidades de alimento, vestimenta, higiene… En el centro tienen un carácter bastante asistencial, no hacen terapia según tengo entendido, dan un plato de comida caliente, ropa y una pequeña orientación (no los menosprecio, pero creo que es para personas con otro tipo de situación más extrema, el hombre por lo que dices tiene apoyo del vecindario y de su tia), creo que no es el tipo de centro que necesita, es más, creo que eso si le empujaría a la cronicidad del consumo. A parte, está bastante arraigado al pueblo por lo que se ve,  y quizá el cambio de “contexto”, que ya de por sí suele ser traumático, en éste caso sería más perjudicial. 

No se… esto es todo lo que yo haría… ten en cuenta que no he tratado con el hombre y me baso en la información que puedo analizar según lo que me cuentas ^^  Espero que te sirva de ayuda, siempre puedes ser tú quien hable con la madre y la guíe un poco ;)

2 comentarios:

  1. Será deformación profesional, pero lo primero que ronda mi mente y roza mi corazón es que en esta historia hay dos menores "los hijos" y probablemente la situación de su padre les esté afectando enormemente. No me ha quedado muy claro (Loli puedes corregirme) pero imagino que viven con su madre (ex-mujer) y en el mismo pueblo.

    Por otro lado, como madre, deduzco también que la adicción puede estar más enraizada de lo que aparenta, porque la decisión de echarlo de casa y mantenerlo fuera de ella por parte de la madre no creo que responda a un arrebato sino que probablemente haya sido después de mucho tiempo de diálogo, lucha, intentos mas o menos acertados de ayuda,... y seguro que con mucha pena e impotencia.
    Efectivamente son muchas las lagunas y por tanto temerarias todas las hipótesis.

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  2. La intervención de algún profesional podría ser beneficioso, a veces solo la buena voluntad no es suficiente. Aunque sea un pueblo seguro que tiene algún U.T.S. asignado, por otro lado Orihuela ofrece más alternativa que la casa de la caridad si es en la que estáis pensando y no nombráis, desconozco su funcionamiento aunque creo que sí hacen algún tipo de terapia además de lo meramente asistencial e imagino que están coordinados con otros recursos como servicios sociales, la unidad de conductas adictivas (UCA) o la Asociación ACAD "Renacer" ambas en la PZ DR. Jaime Sánchez 2 y cercanas a ella.

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