4 de noviembre de 2011

La Unidad Movil

Empecé a salir a la calle en la Unidad Móvil haciendo el Programa de Prostitución de Cruz Roja en 2009, luego amplié y empecé a participar el Programa de Acercamiento con Amparo, una trabajadora social sensacional y mi compañera de viaje Alba, otra proyecto de trabajadora social.

Algunos me han preguntado por qué no cuento las experiencias que viví en las salidas. No creo que os interese leer cada una de las experiencias, a veces hacíamos cinco intervenciones y otros días no llegaban ni a dos, pero si me apetece transmitiros algunos momentos.

Algo muy común es ver a personas protegiéndose del frío con mantas o cartones, más en Alicante, donde el invierno es más duro por su proximidad al mar. Recuerdo el caso de dos chicos que estaban debajo de una estructura de hormigón durmiendo. Un usuario nos había dicho dónde estaban y nos pidió que fuésemos, así que nos acercamos. Era un día de invierno muy duro, hacía muchísimo frío y al llegar uno de ellos se levantó a ver qué queríamos, el otro se quedó inmóvil. Recuerdo que pensé en la posibilidad de que hubiese muerto congelado, hacía poco nos habían avisado de que un chico usuario nuestro había muerto así, cuando Amparo me dijo muy seria "mira a ver cómo está" y en mi mente solo oía un "no estés muerto por favor que me da algo". Pensé muy seriamente que el primer chico estaba durmiendo junto a un cadáver, pero no fue así, después de unos segundos muy largos y con intensidad máxima, el segundo chico empezó a reaccionar y, con algo de dificultad, se pudo intervenir.

La mayoría de personas que viven en la calle, que tratan de "esconderse" para protegerse y duerme en las montañas, bajo puentes, sitios poco visibles en general. Recuerdo un caso de unos hombres que vivían debajo de las vías del TRAM de Alicante. Para acceder a ellos tuvimos que bajar por una montaña bastante escarpada y, muy escondidos, ahí estaban. Tenían dos tiendas de campaña rotas y fruta que recogían de la comida que tiran los supermercados (acto que ahora está penado). Uno de ellos estaba enfermo y, aunque guardaban la medicación en una caja, le daba el sol y las condiciones de conservación no eran las más adecuadas. Eran albañiles de profesión y sus edades rondaban los 50-55 años. Nos contaron que un grupo de jóvenes había dado con su sitio y por las noches iban a tirarles piedras, de ahí las tiendas rotas y los pedruscos de 30cm de diámetro que destacaban por "no pertenecer a ese medio". En relación a ésto, nos comentaron que si los chicos seguían lanzando piedras, se tendrían que marchar de ahí porque alguna podría provocar algún accidente grave.
Observando, me llamó la atención cómo habían construido unos "tendederos" donde colgaban los pantalones y mantas por el día para airearlas; cómo habían construido un mini-asentamiento chabolista (había otra zona con un par de colchones viejos y demás "por si encontraban algún amigo que lo necesitase"); la zona de cocinar con una "despensa",... En la intervención se les recomienda que separen más la zona de los desechos y comida de la de dormir (sobre todo la de los desechos) porque pueden atraer distintos animales. Aunque estaba muy bien organizado el lugar, hay una gran falta de higiene y eso es importante para no atraer a las ratas, cucarachas, gusanos y demás insectos. Después de este caso, tuve que desinfectar todo mi cuarto y mi ropa ya que me picaron pulgas que más tarde trasladé a casa, un lío tremendo :)

No siempre se quiere ayuda. Una vez, vimos a un chico en un banco en posición fetal y tapado hasta la boca con una manta. Nos acercamos, era joven, no superaba los 20 años. Presenta signos físicos que hace pensar que consuma algún tipo de droga, y, aunque él lo niegue, sus dientes rotos, desgastados y amarillos y negros, así como su estado físico deteriorado me hizo pensar que, o tiene una notable falta de higiene bucodental o que consume (o ha consumido en el pasado) alguna droga. Su comunicación es cerrada y nos explicíta que lo único que desea de nosotras es el Kit de Emergencia porque el "esta bien" y "no necesita a nadie", así que se le facilita en Kit y se le deja la puerta abierta por si en algún momento cambia de opinión se acerque al CEA. 

Nunca sabes hasta donde puede llegar la capacidad del ser humano. Una pareja de jóvenes se quedaron hace unos años en la calle y se fueron a las montañas a vivir. Un día, el hombre decidió comenzar a salir a recoger palés de madera, puertas y electrodomésticos de los contenedores  cada día para construir una casa-cobertizo donde pudiesen vivir. Poco a poco, fue almacenando material y, se puso manos a la obra. Hoy en día, tienen una casa preciosa "en tierra de nadie" con paredes y suelos de palés desmontados, con motores viejos y placas que la gente tiraba ha construido calefactores y una cocina completa, y lo más maravilloso de todo es que, como regalo a su pareja, el techo de la habitación donde duermen tiene un cristal para poder ver las estrellas de noche y tener luz natural de día.


Este tipo de programas no se llevan a cabo en muchos lugares y creo que es un error. Serían muy útiles, ya que pedir ayuda es una de las cosas que más cuesta, pensad si seríais capaces de ir a Cáritas a pedir alimentos o a la puerta de una Iglesia a decir que estáis en la calle... ¿entrarías en un despacho a decirle a un desconocido que tienes una adicción pensando que lo más probable es que os juzguen? Tener un pequeño equipo de calle que se acerque a ellos es romper en un momento mil barreras entre un mundo y otro, es tender la mano dejando al otro la opción de cogerla o no, pero siempre ofreciendo el respeto que la persona en situación de vulnerabilidad siempre teme. 

3 comentarios:

  1. En relación a "no siempre se quiere ayuda":

    Yo trabajo en un centro educativo ,con menores y también con sus familias. En algunos casos tenemos que coordinarnos con servicios sociales, normalmente con trabajadores/as sociales y/o educadores/as. La cuestión es que no es la primera vez que me sorprenden cuando alarmados (como centro) al detectar situaciones que hacen que se tambaleen los derechos de los niños, servicios sociales nos dice que han dado de alta a la familia "por imposibilidad de alcanzar logros con la unidad convivenvial". Habiéndo menores implicados, ¿es legal o posible no querer ayuda?.

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  2. La verdad es que no se donde queda el límite de la legalidad en esos casos... muchas veces esa legalidad está determinada por la institución (que a veces la infringe). Cada persona necesita su tiempo y espacios y, por más que tu quieras trabajar con una persona, si el otro no cede no puedes obligarle.

    En los casos con menores por medio creo que la cosa cambia, y creo que no se puede dar a nadie de alta por "no lograr los objetivos que se propusieron" porque en ese caso se establecen nuevos objetivos y listo, ya se alcanzaran otros (o no) en otro momento. Precisamente servicios sociales tiene muchos más medios con los que trabajar (porque incluye también los económicos y apoyos institucionales y políticos), pero hay algunas personas que se conforman con ser diplomados/licenciados y, se olvidan de ser profesionales dejando de trabajar en casos por no tener ganas de pensar...
    Habiendo menores, debemos agotar cada vía e intentar buscar otras nuevas y cada vez que escucho algo así, me sigue pareciendo increíble, y más si respaldan en argumentos tan simples. Sí, es una crítica, y realmente no se si será legal o no, porque tiene relación con la ética y moral del profesional que lleve el caso, pero también viola en cierto modo el código deontológico de la profesión.

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  3. Gracias por tu respuesta, Diana.

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